Una casa en una parcela que cuenta con una visión lejana de mar, un volumen singular que alberga un programa que se adapta a los deseos, y una combinación de texturas aportada por un material que se convierte en el principal protagonista de este proyecto: el hormigón.
De esta forma nace la Casa BY.
La vivienda se inserta en el desnivel del terreno dando como resultado dos plantas sobre rasante en las que se desarrolla la parte principal del programa, y una planta semienterrada que albergará los usos extra de la vivienda además de la zona de garaje.
El esqueleto estructural de esta vivienda queda plasmado en cada una de sus fachadas escultóricas, las cuales se caracterizan por la combinación de dos texturas y tonalidades diferentes de hormigón, el blanco y el gris; una con textura de madera, la otra absolutamente plana, fruto del empleo de dos tipos de encofrados diferentes.
La fachada norte se abre a las privilegiadas vistas hacia el mar y la ciudad, mientras que la fachada sur selecciona estratégicamente sus aperturas, con el fin de privatizar las estancias que requieren un mayor grado de intimidad. En este caso, un patio privado acotado por dos muros de considerable altura es el mayor foco de iluminación y ventilación natural.
Este patio situado a sur, es cubierto parcialmente por una pérgola de aluminio que además de cumplir su función de protección frente a la radiación solar en la fachada más desfavorable, se concibe como un elemento estético que contribuye a aportar un juego de luces y sombras que penetra en el interior de la vivienda.
Para la optimización de la visión sobre el paisaje en las zonas más propicias de la vivienda se emplea un tipo de carpintería que se esconde en los muros eliminando de esta forma toda barrera existente entre el espacio interior y exterior, permitiendo de esta forma un contacto directo con el entorno mediterráneo que caracteriza el lugar en el que se inserta la vivienda.
La variedad de texturas continúa en el interior de la casa por medio de la elección de acabados exclusivos para cada una de las estancias entre los que se encuentra la piedra natural, madera, o el propio hormigón, convirtiéndolas en espacios particulares y únicos satisfaciendo de este modo los deseos del cliente.
La iluminación indirecta propuesta en la mayor parte de la vivienda proporciona el grado justo de iluminación optimizado a la visión humana.
El acceso a la vivienda en planta baja se sitúa próximo al núcleo de comunicaciones, el cual constituye un elemento articulador que separa la zona de día de la zona de noche dentro de esta misma planta.
En la planta superior se ubica la suite principal con acceso a una terraza privada, de forma que el conjunto se ha concebido como un mirador al paisaje.
Por lo que respecta a la zona de día, ésta se caracteriza por la ausencia de muros que puedan obstaculizar y evitar la interacción entre los propietarios, pues el concepto de un único espacio diáfano que albergue el uso de salón, comedor y cocina facilita la comunicación y convivencia entre los miembros de la familia.
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