Nos encontramos en un punto gradual que se aleja del pueblo y se acerca al mar. Un puente entre lo viejo, lo nuevo y lo viejo, justo ahí, en uno de los puntos geográficos que tratan de coser Jávea, en este trocito más urbano. Se plantea un concepto de vivienda como agrupación de espacios que generan diferentes necesidades, en una división entre aquellos que sirven y otros que necesitan. En esta dualidad se generan lo que llamamos espacios principales que necesitan su orientación y la agrupación de estas necesidades a una conexión. De carácter controvertido e interminables variaciones en su fachada, una serie de cadenas funcionales relacionadas con el tamaño de la vivienda, llamadas terrazas o espacios principales, atan, alteran y unen el edificio. El programa obliga hacer un esfuerzo por focalizar todo el pensamiento en una línea concéntrica donde un único bloque da servicio a tres viviendas, para que la sucesión de estas, cree una cadena de servicios que articulará las viviendas en dos bloques, separados, pero unidos. Las terrazas se perforan con espacios mirador cuya profundidad esta determinada por la calidad espacial y el uso interno al que están ligados. Estos anillos estructurales generarán la vida del edificio y dotarán a este de un movimiento que cohesiona con las acciones de habitar. Madera, Piedra, Cal, blanco, rojo, crema, materiales y colores visten las casas de estos hermosos pueblos de la costa Blanca, nosotros también elegimos vestir así estas viviendas.
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