Este proyecto nos exigió antes de nada un estudio minucioso del posicionamiento volumétrico de la edificación, para conseguir que la casa disfrute de unas buenas vistas, una orientación adecuada y, a la vez, no perjudique la panorámica de las casas colindantes. Eso nos llevó a una intensa tarea de geometrización previa de la vivienda para conseguir tres objetivos: las mejores vistas posibles, ganancia térmica en invierno y sombras que refresquen en verano.
La parcela había sufrido modificaciones con anterioridad a nuestra intervención. Y nuestra primera decisión fue devolver a un estado próximo al original a la parcela para trabajar sobre un paisaje real. Para nosotros es clave integrar las construcciones en los parajes que las acogen.
En el caso de terreno montañoso, creemos que la vivienda debe posarse sobre la montaña. El paisaje acoge a la vivienda, no a la inversa. Todas las plantas de la casa tienen contacto con el terreno y desde cualquiera de ellas se puede acceder a la parcela gracias al sistema de escalonamiento por el que hemos optado.
El programa responde a los escenarios planteados por el cliente: una casa habitada por dos personas durante unos meses y por casi diez personas otros meses. De este modo, la distribución permite que, en cada una de estas dos situaciones, todos los habitantes dispongan de espacios privados.
La casa ofrece una fachada cuyo principal material constructivo es la piedra en el nivel que forma su basamento, piedra extraída de la misma excavación realizada para la construcción de la vivienda.
Una forma de integrar la edificación en el entorno que la envuelve y reducir la huella ecológica y el impacto realizado por la construcción. Piedra combinada con estucado veneciano, que le da un carácter propio, que mezcla tradición y modernidad a la casa, además de madera y aluminio reproducción de hierro de forja.
En el interior cuenta con un patio interior en el lado norte (la montaña), que facilita la ventilación cruzada, y con una cristalera a doble altura y una escalera helicoidal. La escalera está planteada como una escultura o icono, que funciona como un eje vertebrador que une las dos plantas y consigue dar luz natural a la de abajo.
A nivel de eficiencia energética, la casa cuenta con un sistema de pozos canadienses que permite la entrada de aire frío en verano sin emplear aire acondicionado y asimismo de aire caliente en invierno. Mientras que por lo que respecta al agua, la vivienda reutiliza las aguas domésticas -grises y negras- que una vez filtradas son empleadas para los inodoros y para el sistema de riego por goteo.
Casa Tango, una forma de hacer arquitectura sobre el paisaje y no contra él.