Entre bosques mediterráneos y playas de arena, se sitúa Casa Silene, recostada sobre la cara sur de la montaña. La solución de enterrar la planta baja, cuestión tanto técnica como estrategia climática da como resultado una vivienda que ofrece un espacio de transición hacia el espectacular paisaje.
La planta baja consta de una zona de día, con las estancias más sociales de la casa, y a cada lado, dos zonas de noche. Además, cuenta con dos patios traseros, asociados uno a la cocina-comedor, y otro a las habitaciones.
Así pues, existiendo una preocupación absoluta hacia las cuestiones estéticas y acerca de los efectos plásticos, el diseño de Casa Silene derivara de una acción que responde a una necesidad de lograr soluciones de riqueza singular.
La actuación de esta arquitectura moderna y popular se extiende más allá de los limites estrictos del espacio doméstico, parte del conocimiento de la actividad vital no se agota de puertas para dentro, y tiene en cuenta su proyección exterior incorporando elementos que buscan modular y hacer habitable el entorno inmediato… una gran terraza en la planta baja, una pérgola de madera techada con cañizo, una zona de solárium y un porche que sirve de comedor los días de verano.
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