La casa Hoksbergen se encuentra en las faldas del parque natural del Montgó, en una parcela de difícil geometría y con una topografía bastante acusada.
Cuando nuestro cliente nos dijo que quería una casa de vacaciones donde pudiera desconectar de su trabajo, supimos que debíamos potenciar la condición mediterránea del lugar del emplazamiento, mediante el desarrollo de conceptos como la tranquilidad, luminosidad, la sencillez y el acogimiento.
De este modo, construimos una casa sin grandes pretensiones, pero donde apeteciese volver tan pronto como fuera posible. Así, desarrollamos una casa en una sola planta, que forma un único volumen compacto que optimiza la orientación y vistas del lugar, a la par que se adapta a las condiciones propias de la parcela.
En el interior, recurrimos a colores neutros para completar un excelente equipamiento, pensando en que fuera la propia familia quien proporcionase el “color” con sus propios muebles, mientras que en el exterior, el blanco más luminoso predomina en toda la fachada, realizando únicamente un simple juego de sombras gracias a la composición de diferentes planos de fachada.
La piscina, colocada estratégicamente para obtener el mayor número de horas de sol, enmarca una zona donde para los muros exteriores, decidimos utilizar la piedra extraída de la propia parcela con el fin de asegurar la máxima integración de la casa en su entorno.
El uso de colores claros, el posicionamiento de pérgolas para crear sombras sobre los vidrios, el uso de técnicas bioclimáticas así como la incorporación de materiales superaislantes han posibilitado que en esta casa el consumo de energía para refrigerar o calefactar el espacio sea prácticamente nulo.
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