Este proyecto busca su integración en el paisaje que lo acoge a través del empleo de tres materiales como son el hormigón, la madera y la piedra en seco. El tercero de ellos otorga a la vivienda un encaje sobre el entorno al confluir los muros de la casa con los márgenes de piedra tradicionales de esta zona.
El desnivel de la parcela ha sido un reto superado por un volumen de tres plantas, cada una de ellas con una función muy específica. La planta sótano para garaje y otros usos de almacenaje y deportivos. La planta baja es el espacio más importante del programa. Ha sido proyectado como una simbiosis del espacio interior y el exterior, una combinación que es posible gracias al buen tiempo que hace durante todo el año en esta zona del Mediterráneo. Toda la planta se une al exterior en una gran terraza para favorecer su uso en cualquier época. Mientras, la planta superior está concebida para la privacidad y los usos más recogidos.
El empleo de voladizos entre las plantas baja y la primera maximiza el uso de la sombra en los meses cálidos y la entrada luz solar en los meses fríos.
La optimización de los espacios permite dar luz al gimnasio en la planta sótano a través de la piscina, creando así una imagen muy relevante.