La casa Corteen es una apuesta por la materialidad como protagonista proyectual. La idea surge en la primera visita a la parcela, cuando se decidió apostar por el acero corten y la piedra del lugar como estrategia de integración de la vivienda al excepcional entorno donde se enmarca… el macizo del monte Montgó. La singularidad de esta vivienda se basa en la composición de los volúmenes que sobresalen y vuelan sobre la terraza, generando zonas de sombra. Estos cubos se originan en la planta primera, que corresponde con los dormitorios, diferenciados entre sí volumétricamente y aportando privacidad entre las diferentes estancias. La materialidad en el exterior también juega un papel fundamental, utilizando una combinación de materiales y texturas, en el que destaca el acero corten y el revestimiento de piedra proveniente de la propia excavación, en contraposición con el interior, donde encontramos espacios blancos y diáfanos, destacando elementos singulares. Al encontrarse la vivienda enclavada en el terreno por la pendiente que presenta la parcela, se genera un patio interior en la parte posterior, donde utilizando como revestimiento la misma piedra de las fachadas, se naturaliza el interior de la planta baja. La terraza se extiende en toda la planta baja, donde se ubica una gran piscina, orientada al sur y que disfruta de unas bonitas vistas. La integración de la vivienda al entorno se consigue con la materialidad, la piedra utilizada y el acero corten simulan los tonos marrones y anaranjados de la pantalla rocosa del Montgó que queda como telón de fondo visual.
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