La idea a partir de la cual se desarrolla el proyecto, nace como consecuencia de la visita al país de procedencia de los propietarios de la vivienda, de donde surge la necesidad de, en cierta forma, reproducir la tradición arquitectónica del brutalismo soviético que históricamente ha estado tan presente en la vida de los propietarios… y por tanto, como no, inevitablemente surgió Le Corbusier y su bêton brut como leitmotiv proyectual.
Tras las primeras ideas, cabe una reflexión profunda entre lo que la casa debe ser por sí misma, y lo que debería ser por el propio lugar en el que se enmarca, un impresionante paraje natural frente al mar con un balcón donde mirar al Mediterráneo, de modo que el proyecto surge como una yuxtaposición de ideas que resuelven diferentes necesidades, construyendo un volumen masivo que exprese con claridad los anhelos del cliente, cual puñetazo en la mesa.
De esta forma, se observó que uno de los principales desafíos a resolver sería dotar a la vivienda de la máxima privacidad posible a la par que no bloquear las excepcionales vistas al mar de la parcela. Por tanto, tras parametrizar las variables de accesos, orientación, vistas, invariables bioclimáticas, privacidad y la fuerte pendiente de la parcela, decidimos una geometría cuya planta tiene forma de “L”, donde la fachada NE es transparente, es decir, un gran ventanal que se convierte en un mirador al mar, y el resto de fachadas, son opacas, es decir puro hormigón que asegura la necesaria privacidad respecto al vecindario. Además, gracias a la contraposición de huecos, la masa térmica, protecciones solares y el estudio detallado de las sombras se ha conseguido una casa realmente eficiente, con un bajísimo consumo de energía.
En este sentido, cabe decir que una particularidad de esta vivienda, reside en haberla construido sin haber utilizado ni un solo ladrillo… todas las fachadas y particiones de la vivienda se han realizado de hormigón visto ejecutado in-situ, como desenlace coherente al antedicho bêton brut.
La casa, que fue concebida junto con nuestros amigos arquitectos Guste y Algis, de Kancas Studija, ofrece una única respuesta a diferentes problemáticas, separando claramente las zonas más públicas de las privadas, así como el programa de noche como el de día. La vivienda está compuesta de dos plantas, en planta baja se ubica el programa de día, a excepción del dormitorio principal, que se inserta en la fachada noroeste; mientras que el programa de noche se distribuye en la planta primera, donde además se localiza el garaje y el acceso principal de la vivienda, dadas las necesidades de acceso por la parte superior de la parcela. En la zona de intersección de las dos alas se sitúa el hall y el núcleo de comunicación vertical en doble altura, articulando así la distribución de las estancias de ambas plantas.
En el exterior, se ha utilizado vegetación autóctona y se han restaurado los abancalamientos originales de la parcela, consiguiendo una integración máxima de la casa en el contexto natural en que se enmarca.
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